Unas de las consultas más frecuentes de los padres, es sobre niños que no quieren comer y que se provocan el vómito. Casi todos los pequeños, hacen el intento alguna vez de “manipular” con la comida o con el hecho de vomitar después de comer. Es una de las formas más fáciles para ellos de llamar la atención, ya que intuyen de alguna manera, que esto preocupa mucho a sus papás.

El problema de esto es que si el niño no encuentra otra forma de que sus padres le hagan caso, y a través de no comer lo consigue, va a repetir en muchas ocasiones esta conducta y puede derivar, cuando se llega a la adolescencia, en trastornos de alimentación, como pueden ser la anorexia o la bulimia.

Lo mismo que se educa al niño en otros aspectos, es importante hacerlo desde que son bebés con la comida. Crear una rutina es crucial, comer a la misma hora, introducirle alimentos nuevos de forma divertida, en un ambiente tranquilo, sin meterle prisa y sin agobiarle. No hay que mostrarles enfado o preocupación, sé que a veces es muy difícil, pero aquí está la gran tarea de ser padres. Somos nosotros, los adultos, los que tenemos que buscar estrategias para no ponernos nerviosos y trasmitírselo a ellos.

¿Qué podemos hacer los papás ante niños que “utilizan” la comida?

Si le obligamos a comerse todo lo que hay en el plato, podemos producir el mismo efecto. Nunca la comida puede emplearse como un castigo, por lo tanto, tampoco se pueden poner los resto de la misma que no ha querido, como escarmiento.

El pequeño debe aprender poco a poco, cuál es el ritmo de las comidas y a tomar el alimento que le haga falta entre una y otra.