Los niños con este tipo de trastorno pueden ver alteradas las acciones, pensamientos, sentimientos e incluso, el concepto de sí mismo durante su infancia y adolescencia, por eso es conveniente buscar soluciones lo antes posible.

Los padres no deben culpabilizarse ni culpabilizar al niño, pero tampoco se puede convertir en una excusa para que estos niños hagan lo que quieran o se comporten mal.

El tratamiento más completo y eficaz contempla un enfoque múltiple:

Un profesional con experiencia es el que debe de trabajar con los niños y su familia para mejorar la capacidad de afrontar estas dificultades de la vida diaria.

¿Cómo estructurar el ambiente dentro de casa?

La naturaleza impulsiva de estos niños hacen que la convivencia en casa sea complicada. Algunas de las pautas que pueden seguir los padres son:

Cuando se den instrucciones al niño hay que asegurarse de que le estén mirando a los ojos.

¿Cómo ayudar a estos niños a tener más autocontrol?

Los niños con déficit de atención e hiperactividad suelen tener dificultad para poder controlar sus impulsos y esto les trae a menudo, inquietudes y disgustos a ellos mismos y a su familia. La medicación puede ayudar pero, es mucho más importante enseñar al niño a ir responsabilizándose gradualmente de su comportamiento y de sí mismo.

Aquí van algunas ideas: